Doctor, y ¿es que... usted todavía ejerce?

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Creado en Miércoles, 08 Junio 2016 16:55
Homenaje al exjefe de Cirugía con una jornada científica


El que se gradúa de médico... siempre será médico hasta su muerte
(Autor desconocido)

La medicina, como el sacerdocio, imprime carácter.
(María Helena Restrepo Salazar)

Tomado de:
Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

Por: Bernardo Ledesma Gil Médico Ortopedista
Email: bledesma1206@yahoo.es

Pregunta sensata en algunos casos o sarcástica en algunos otros, formulada a muchos médicos después de determinada edad, por lo regular a mayores de los 65 años, muchas de las veces en forma malévola o incluso socarrona por los estudiantes o colegas más jóvenes, que se muestran asombrados por qué tantos médicos de edad considerable todavía trabajan a pesar de estar pensionados o haber trajinado durante mucho tiempo, especialmente en especialidades quirúrgicas.

Ya en otras profesiones, la edad de la jubilación a los 60 años o incluso a más temprana edad ha sido considerada justa y equitativa después del largo período laboral, y estas personas, por lo regular, no dejan de trabajar porque les hayan obligado a abandonar su trabajo sino que se dedican a muchas otras actividades casi siempre afines a su profesión o alejadas de ella; pero, si han sido muy activas en su trabajo, la inactividad puede, incluso, llegar a ser nociva para su salud tanto física como mental, al igual que injusta con el profesional que puede llegar a la depresión al encontrase con las manos amarradas para ejercer una profesión que domina y que ama. Tampoco es justo que, en algunos casos, la comunidad se vea privada de sus servicios y de su experiencia.

Existen las dos tendencias; de un lado, los médicos que no ven la hora de jubilarse para darse una vida de solaz y de inútiles, que nunca hubieran imaginado... Y de otro, y creo que es el caso de la mayoría de colegas médicos, aquellos que se aferran a su trabajo porque se sienten en condiciones excelentes e idóneas para continuar con su labor hasta que sus capacidades mentales y sus destrezas se los estén permitiendo.

Cuando uno ha sido un enamorado de su labor, ocurre algo así como un síndrome de abstinencia al dejar de ejercer el trabajo, que tanto se ha amado y muchos pensamos que la mejor manera de estar bien es trabajando... nos volvemos laboradictos.

En algunos casos, puede que sea porque económicamente el médico necesita los ingresos para sobrevivir y mantener una vida digna, en muchos otros es posible que solo sea por el apego y por considerarse útil a la comunidad.

Se pueden presentar casos extremos como el de un médico oftalmólogo muy conocido y admirado en Medellín por su pericia para operar pacientes con estrabismo, quien a pesar de su avanzada edad, superior a los 85 años según testimonian sus mismos colegas más jóvenes, muchos de ellos sus ex alumnos, que se quedan extasiados observando las destrezas quirúrgicas intactas y la lucidez y vitalidad del galeno a esa edad. Hay muchos ejemplos similares: En España, el ginecobstetra de mi hija tiene 80 años y ya le ha atendido dos partos por cesárea con una habilidad pasmosa.

Y, también en nuestro medio, médicos cirujanos mayores de 65 años trabajando felices y eficientemente, operando con todas sus destrezas y capacidades indemnes; pero, así mismo, también hemos conocido a algunos cirujanos que insisten en laborar haciendo turnos o cirugías en una forma tan lenta por su bajo rendimiento a causa de los achaques de la vejez, que pueden obstaculizar no sólo el trabajo de los demás colegas sino el funcionamiento del servicio en el que laboran, al igual que poniendo en riesgo la vida o la salud de sus pacientes.

También se puede presentar el caso de aquellos profesionales que se jubilan muy jóvenes, como ocurrió con un eminente profesor de genética de la Universidad de Antioquia, quien alcanzó su edad de retiro a los 50 años y nunca volvió a trabajar, ni a estudiar, ni a actualizarse para aportar sus conocimientos a sus alumnos y colegas, situación ésta injusta con lasociedad, con la universidad que lo formó, con el alumnado, estudiantes que requieren de un servicio que, de por sí, es más bien escaso; así como también es una deslealtad con el país que tanto invirtió en su formación porque se graduó en la universidad pública.

Hemos sabido de algunas clínicas privadas de Medellín, que están enviando cartas a notables cirujanos, poseedores de todas sus capacidades intactas, en las que les comunican que no se les volverán a dar turnos por su edad; al parecer, esta actitud la puede adoptar la entidad arbitraria y unilateralmente, como reservándose el derecho de admisión, como si se tratara de un club social.

Otra cara de la moneda es la de un cirujano plástico, que cuando cumplió los 65 años, le hicieron la pregunta de si se iba a retirar y le contestó a su interlocutor:

- ¿Retirarme? Oigan a éste.Yo no voy a ser tan pendejo de retirarme cuando llevo todos estos años estudiando y preparándome para hacer bien mi trabajo; ya cuando aprendí todo lo que requería para ser un buencirujano y estando en todas mis capacidades físicas y mentales, ¿me voy a retirar? Apenas estoy a tiempo para empezar en forma.

- Los médicos, especialmente los cirujanos, durante el entrenamiento podemos hacer daño por falta de experiencia y de pericia; pero también lo podemos hacer con el paso de los años cuando ya no tenemos las habilidades y la lucidez que se requieren en nuestra profesión. Lo más sensato es salir por la puerta grande y retirarnos voluntariamente, cuando veamos que ya las destrezas, tanto físicas como mentales, nos están abandonando.

- Es una verdad de apuño que, por lo regular, el médico y cualquier profesional experto es más prudente para tomar decisiones, al igual que más reservado y sensato, que el profesional novel; pero, también podemos encontrar ese médico ducho pero codicioso o irresponsable que actúa en forma imprudente, por ejemplo operando un paciente que no requiere la cirugía sólo por obtener una remuneración, convirtiéndose así en un riesgo para el paciente. En relación con este tema, es mucho lo que se ha escrito y discutido sobre cuál es la edad de retiro voluntario o forzoso, expongo aquí un resumen de algunos artículos interesantes sobre este tema extractados de periódicos de Colombia y otros países:

¿Es la edad de retiro forzoso un ineficiente anacronismo burocrático?

En una artículo escrito por el economista consultor Amadeo Rodríguez Castilla[1], publicado en el periódico El Tiempo(de Santafé de Bogotá)el 11 de septiembre de 2012, en el cual anota: La administración pública colombiana no se caracteriza precisamente por una normatividad que promueva la eficiencia y el profesionalismo, sino por un ambiente de restricciones y prohibiciones orientadas supuestamente a garantizar que unas personas salgan del servicio cuando llegan a un determinado límite de edad. Por ejemplo, la edad de retiro forzoso de 65 años se estableció en el Artículo 31 del Decreto Ley 2400 de 1968, es decir, hace 54 años, y se ha mantenido en numerosas leyes y mencionados. Adicionalmente, esas normas establecían que la edad de retiro forzoso para los docentes universitarios oficiales se extendía hasta por diez años del límite legal de los 65 años, es decir, 75 años. Con el cuadro atrás descrito, vemos que la legislación en la materia se mantiene tal como si la situación demográfica del país y el tamaño y organización del Estado fueran los mismos de 1968. En el caso de las excepciones establecidas para los docentes universitarios oficiales (retiro a los 75 años), éstas prácticamente no han cumplido su cometido; pues aquellos, cuando llegan a la edad de jubilación (mucho más temprana que la de retiro forzoso), ejercen su derecho a recibir su pensión oficial y a continuación se pasan al lucrativo mercado de la docencia privada.
En resumen, ha llegado la hora en la que, conforme a la era de modernización, globalización y gestión del conocimiento en boga, se suprima esa artificiosa e ineficiente figura del retiro forzoso y se permita, como en las sociedades más avanzadas, que todo funcionario que quiera prolongar su estadía en el sector público, en el marco de sus niveles de competencias, lo haga hasta cuando él mismo lo decida o una evaluación institucional dictamine su salida. De esta forma, el funcionario estaría coadyuvando al alivio de la carga pensional a cargo del Estado.

En otro artículo titulado Edad de Jubilación de los Médicos, Contraindicaciones, de marzo de 2012, publicado en el blog de Eduardo Rodríguez Rovira, presidente del Consejo Asesor de la Fundación Edad y Vida[2] de Madrid, España, se expone queel derecho a trabajar es un derecho natural (reconocido en la Constitución, Art. 35)[3]. La jubilación, el cese en el trabajo a una edad determinada, es un derecho (derivado), por lo tanto voluntario, nunca obligatorio... La edad de jubilación debe poder ser elegida por el trabajador, naturalmente con consecuencias económicas para su pensión... No puede haber discriminación en la edad (aspecto también constitucional), sino solamente en la aptitud para elpuesto... Si no se tiene salud o el empleado queda obsoleto, se perderá este derecho, pero no por la edad en sí. En el Año Europeo del Envejecimiento activo 2012, Europa propugna la ampliación de la edad de jubilación... Bien, por lo menos se reconoce que una cosa es estar obsoleto o sin saludy, por eso, se rescinde el contrato y otra cosa el impedir trabajar por exclusivas razones de edad
Yo iba a hacer más. A Ignacio Blanco[4], neumólogo, casi no le salen las palabras. Hoy fui a llevar los papeles de la jubilación. Es uno de los 80 médicos de los que el servicio de salud asturiano ha decidido prescindir. Asturias es la última comunidad autónoma en impulsar la jubilación forzosa para los médicos que han cumplido los 65 años. Antes lo hicieron Cataluña, Andalucía, Canarias, Baleares, Cantabria... Algunas, como Cataluña, tuvieron que rectificar por la escasez de profesionales. Ignacio Blanco no se lo esperaba. Para mí fue terrible, porque estaba en lo más alto. Dice que está fuerte, que todavía juega al fútbol con su hijo. Y que en lo profesional aún tenía mucho que ofrecer.

Madrid publicó una resolución con el mismo objetivo a finales de noviembre pasado. Quince días después tuvo que anularla: Los profesionales se le echaron encima. La jubilación a los 65 debería ser un derecho, no una obligación, argumentan. Si el médico conserva la salud y la pericia, debe poder continuar. Sobre todo, cuando se da la paradoja de que fuera del sector público no hay edad límite para ejercer.

¿Cuándo debe retirarse un médico? ¿A los 65, como casi todo el mundo? ¿A los 70, como han venido haciendo hasta hace muy poco, y aún pueden hacer, por ejemplo, en Murcia? Un médico no trabaja cavando en una mina, ni arando un campo. A los 65 años es cuando está mejor de cabeza y cuando más experiencia tiene, asegura Manuel Sánchez, vocal nacional de Hospitales de la Organización Médica Colegial (OMC), entidad, que agrupa a todos los colegios de España.[5] Él se considera buen ejemplo de ello. A sus 66 años, sigue ejerciendo como cirujano general y del aparato digestivo en el hospital General Yagüe de Burgos. Ya no hago operaciones de 12 o 14 horas como antes, pero aguanto perfectamente las de dos, cuatro y hasta seis horas, explica. Eliminar los médicos a los 65 años es un despilfarro que no se puede permitir este país, sentencia.

El médico debe poder decidir si sigue o no sigue, opinan expertos. Aunque debe existir una comisión que valore el estado físico y mental así como las habilidades propias del médico, puntualiza el presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Medicina Joaquín García[6] Parece lógico que si el médico está en buen estado físico y mental pueda seguir ejerciendo hasta que su salud física y mental lo permitan. En la universidad así ocurre, hasta los 70 años, pudiéndose optar por continuar de emérito al menos dos años más. En definitiva, abandonar la vida laboral se ha convertido en general para el colectivo médico más en una batalla que en un dejar ir, bien sea por el deseo de resistirse a desprenderse de un rol profesional y prolongar la actividad unos años más o por querer asegurar un poder adquisitivo para su retiro y evitar el desfase económico que tiene lugar al subir el peldaño de la jubilación.

En Uruguay

En el marco de una sociedad como la uruguaya, en la que se incrementa a ritmo sostenido la esperanza de vida y con una alta y tendencialmente creciente proporción de adultos mayores, el tema jubilatorio adquiere cada vez más relevancia social, pero más allá de los indicadores macro estructurales está la dimensión individual, en que el impacto jubilatorio tiene lugar. Es decir, lo que le pasa a uno cuando se jubila o cuando piensa en jubilarse. En particular, qué les pasa a los médicos cuando llega la hora, con todas las significaciones que esta expresión tiene, puesto que en la profesión médica existen reglamentaciones de edad de cese profesional obligatorio en muchas de las instituciones de ejercicio médico y de mayor concentración de profesionales (Facultad de Medicina, caSMU, msp, etcétera). Se daban varias explicaciones como causales de la resistencia a la jubilación por parte de los médicos:

1. Esta resistencia estaría determinada por características específicas del ejercicio profesional. Por ejemplo, la actividad médica es altamente absorvedora, en varios sentidos: por un lado demanda mucho tiempo, tanto porque el médico trabaja muchas horas, como porque no necesariamente tiene horario, y siempre está disponible. Es absorbente porque demanda un ritmo de actualización, de estudio permanente y que requiere tiempo para otras actividades. El médico, por tanto, es durante toda la vida activa absorbido por su profesión y se dedica prácticamente en exclusividad a ella. A la edad de jubilarse, su espectro de actividades, de intereses, se ha centrado en la medicina. Es difícil, por consiguiente, perder lo que ha sido central en tantos años y la resistencia a jubilarse es una consecuencia natural de este proceso.

2. El mito de morir con las botas puestas. La actividad médica se concibe como una alta significación vocacional. El médico se resiste a alejarse de la práctica profesional puesto que ésta le da sentido a su vida.

3. La pérdida de los ingresos asociada a la jubilación. Los médicos no quieren jubilarse porque temen perder a partir de su retiro disponibilidad económica, status y calidad de vida, porque lo que reciben como ingreso jubilatorio no llega a los montos de lo que perciben en la vida activa. Están siendo muy frecuentes los procedimientos judiciales por parte de los profesionales para reclamar su derecho a seguir ofreciendo sus servicios más allá de los 65 años, sobre todo en el caso de aquellos a los que se concedió la prórroga antes de establecer la jubilación forzosa.

Gaceta Médica de México

En México, no existe una regulación oficial que determine la edad de retiro del médico de su práctica profesional, como ocurre en algunos países. Se menciona en el trabajo la experiencia personal de connotados médicos mexicanos, que han escrito sus experiencias personales en relación a la edad en que el médico debe de dejar de operar en el caso de los cirujanos, por ejemplo. Se analiza brevemente lo que ocurre en otras actividades del ser humano distintas a la medicina como en las artes, la pintura, la arquitectura, la música, la física y la filosofía, en donde existen numerosos ejemplos de personajes que han hecho sus mejores obras mucho después de cumplir los 70 años de edad. Se hace un reconocimiento a destacados médicos mexicanos, ex presidentes de la Academia Nacional de Medicina, que siguieron y siguen laborando mucho después de cumplir los 65 años de edad. Un camino para asegurar la vigencia de los conocimientos, destrezas y habilidades del médico especialista, independientemente de su edad, es a través de los consejos deespecialidades médicas integrados al Comité Normativo Nacional de Consejos de Especialidades Médicas (CONACEM), que son las instancias que en nuestro país certifican cada cinco años a los médico,que desean obtener el diploma de certificación vigente de su especialidad.




[1]Se trata, efectivamente, de un economista consultor de Cartagena de Indias, Colombia, quien estudió en la CEPAl y en la ONU, su carrera de economista, con especialización en Inteligencia y Derfensa Nacional en la Universidad Nacional de Colombia y vive en Santafé de Bogotá.
[2]Eduardo Rodrúgez Rovira fue nombraro presidente de la Fundación Edad Vida, un instituto para la mejoría, la promoción e innovación de la calidad de vida de las personas mayores. Es un hombre nacido en Santander, España, licenciado en Derecho y profesor de la asignatura mercantil, presidente de Laboratorios Indas, quien también había trabajado para SmithKlineBeechan y los laboratorios de Cantabria y Ferrer Internacional. Además ha sido presidente del Foro Mundial de ONG, paralelo a la II Asamblea Mundial del Envejecimiento, que se celebrase en Madrid, organizada por las Naciones Unidas, en el 2002.
[3]Tal artículo de la constitución puedes leerlo AQUÍ
[4]Dicho especialista en neumología fue designado en Asturiano del mes de febrero, como reconocimiento a sus investigaciones sobre fibromialgia, que se han divulgado en el ámbito nacional e internacional y ha estudiado los pacientes deficientes en la α1-antitripsina y su jubilación originó una movilización de estas personas afectadas por ese mal, para reclamar que lo dejaran seguir sus trabajos de investigación, aún desde la Fundación Alpha1, con sede en Estados Unidos, dada la importancia de sus estudios en el ámbito mundial.
[5]Vale la pena leer esta nota periodística: Homenaje al exjefe de Cirugía con una jornada científica
[6]La conferencia de Decanos de Medicina en el 2008 nombró presidente al doctor Joaquín García-Estañ, el gran jefe de la Facultad de Medicina de Murcía, en la medida que lo consideraban un hombre muy bien preparado y conocedor profundo de muchos temas

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